Aumento Precio Vivienda

¿Por qué tenemos un problema con el precio de la vivienda?

El Gobierno acaba de lanzar su llamada de socorro ante la imparable evidencia de que el mercado inmobiliario sufre un creciente desajuste entre la oferta y la demanda, que se traduce en precios inasumibles por quienes necesitan una vivienda, algo que muchos expertos auguraban desde hace tiempo, en especial, tras la Ley de Vivienda, que evidenciaba una caída de la oferta frente a la presión de quienes demandan un lugar donde construir su hogar.

 

Cuando se antepone la ideología a la lógica, el sentido común y las leyes del mercado, el resultado suele ser nefasto a medio y largo plazo, en especial para los ciudadanos más vulnerables que son los que sufren la ineficacia de algunas leyes. Desde los cuellos de botella regulatorios y colisiones de competencias entre diferentes AA PP que fomentan la escasez de suelo y la concesión de licencias, junto al aumento de costes y problemas de financiación de la promoción y construcción inmobiliaria, pasando por la regulación de los precios. Sin embargo, hay otras razones que explican la resistencia a bajar de los precios, incluso su aumento, a pesar de que el número de operaciones de compraventa de vivienda está cayendo, lo que rompe la lógica económica de las leyes del mercado.

Entre las principales razones del aumento de precios, cabe destacar la evidente escasez de oferta de viviendas disponibles en zonas con elevada demanda, como son las ciudades donde radica la actividad económica. Igualmente, la propia inercia del sector favorece la estabilidad de los precios y amortigua su caída, ya que el mercado inmobiliario es muy atractivo por ser un activo refugio que tiende a ser menos volátil que otros sectores, por lo que, ante una disminución de la actividad, los propietarios pueden optar por no vender y esperar a tiempos mejores, pues excepto en situaciones de burbuja, los precios a largo plazo tienden a subir. Salvo que tengamos una necesidad de liquidez acuciante, los españoles tenemos grabado a fuego en la mente aquello de que, en términos de vivienda, no vendemos por menos de lo que nos ha costado.

 

[Fuente «La Razón»]