Las inmobiliarias de València se quedan sin pisos por la demanda de inversores y extranjeros
La capital del Túria lidera en España la caída del stock de viviendas disponible tras bajar la oferta un 27 % en el último año. Y es que las inmobiliarias valencianas se están quedando sin pisos en venta, una situación inédita en los últimos 25 años.
Detrás del desplome de viviendas disponibles está la voracidad compradora de los inversores que adquieren inmuebles para alquilarlos y el interés de los extranjeros por instalarse en la capital del Túria. La bajada de la oferta por la presión de la demanda y la falta de reposición impide que los precios caigan (como esperaba el mercado) a pesar de la subida de tipos. Los pisos sin sobreprecio se venden en 30 días como máximo.
València y Alicante lideran en España la caída del stock de vivienda en venta con un descenso de la oferta del 27 % y del 25 % respectivamente en el último año. La reducción media en el mercado español es del 3 % con bajadas de la oferta de solo el 2 % en Madrid, el 3 % en Sevilla o el 6 % en Barcelona.
Nora García, presidenta de la Asociación de Empresas Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval), asegura: «En los 26 años que llevo en el sector jamás había visto una situación como esta. Los precios no pueden bajar porque no hay stock. Todos piensan que la vivienda va a bajar de precio, pero es imposible sin oferta». García afirma que no encuentra una explicación lógica al desplome de la oferta. «Es un problema generalizado. Está ocurriendo en otros países de Europa. La oferta de viviendas ha bajado un 50 % desde 2019 en València. En 2019 había 14.000 pisos en venta y ahora la mitad. Es una barbaridad. No hay suficientes viviendas para toda la demanda», asegura la representante de las inmobiliarias valencianas. Entre los 7.125 inmuebles en venta hay pisos por 44.000 euros en el bloque de Portuarios del Cabanyal, que está condenado a la demolición por su estado ruinoso.
Alta rentabilidad
Cristina Recasens, fundadora de Recasens Real Estate, apunta que la caída de la demanda se debe a las compras de viviendas de extranjeros y a las de inversores atraídos por la alta rentabilidad que ofrece el alquiler en València por la subida de las rentas. «También influye que hay muchos propietarios que se resisten a poner su vivienda en venta porque creen que con la subida de tipos bajarán los precios. La realidad es que el coste de los pisos no está bajando. La gente sigue comprando igual que antes. Pensaba que 2023 iba a ser un mal año por la incertidumbre, pero la demanda es muy fuerte», señala. Recasens advierte que en el centro «se ha vendido todo. Lo que queda está fuera de precio mercado».
Sin pisos disponibles
El portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de València, Vicente Díez, reconoce que «las agencias tienen un problema porque no hay pìsos. Muchas inmobiliarias lo que hacen para resolver el problema es coger cualquier propiedad aunque esté a cincuenta kilómetros de la oficina». «Mientras los extranjeros sigan confiando en València, vamos a tener una problema con la oferta. Los inversores están comprando por la demanda de los estudiantes europeos y la llegada de inmigrantes que necesitan alquilar», añade Vicente Díez.
Demanda argentina
Nora García coincide con el portavoz de los API en la fuerza de la demanda de inmigrantes que se están mudando a València y buscan arrendar una casa. «Hemos detectado una demanda muy fuerte de viviendas en alquiler de inmigrantes argentinos que se están trasladando a València». Esta situación provoca el incremento de las rentas la compra de inmuebles de los inversores. «Los pisos que están en precio de mercado se venden en menos de 30 días», aseguran Nora García y Vicente Díez.