El agujero de rentabilidad en la construcción de vivienda condena a España a años de crisis inmobiliaria

La crisis de la vivienda es un hecho. Los precios se encarecen cada año y, con una subida del 10,4% el segundo trimestre, estamos ya ante el nivel más alto desde 2008. Hoy, cada casa se vende por un precio medio de 212.000 euros. La creciente demanda y el déficit estructural que atraviesa el mercado están siendo factores comunes en todos los mercados desarrollados de Europa y otros países de Occidente como EEUU.

 

Sin embargo, una particularidad atraviesa a España que provoca que la crisis en este país sea ostensiblemente más duradera que en otros mercados: la rentabilidad del sector de la construcción es mucho más baja que en países vecinos y la menor de toda la economía española. Un factor que lastra la oferta y provoca que se agrande ese déficit que está impidiendo a miles de hogares asumir una vivienda.

Así lo defiende el último informe de BBVA Research liderado por Miguel Cardoso, que comenta que «la inversión en el sector no aumenta porque en buena medida no es rentable». Según sus estimaciones, la rentabilidad de los recursos propios (el ROE) del sector está en el 3,1% frente al 18% que rondan las empresas alemanas y francesas.

Por su parte, sus datos apuntan a que es el sector con menor retorno de todas las actividades en España. Esto se ve con una productividad muy baja, de un 25% menos que la media de la economía española, que tiene un importante peso en sus bajos retornos.

Respecto a Europa ese gran abismo se debe a la fragmentación del sector promotor en pequeñas compañías inmobiliarias. «Mientras que las grandes empresas muestran una rentabilidad relativamente similar a la de otros países, las pequeñas, que son la inmensa mayoría del sector, apenas alcanzan un 50% de la rentabilidad de las mismas». A esto se le suma un encarecimiento de costes ligado a las materias primas, la mano de obra que, aunque se mantiene a la par que otros países, sí que ha menguado la rentabilidad general.

Coincide en estos problema DBK, que explica en su último informe que «la oferta está compuesta mayoritariamente por empresas de pequeño tamaño, con una actividad local y especializada en algún tipo de obra, dando lugar a una oferta altamente fragmentada».

 

 

[Fuente «El Economista»]