Cinco claves para entender hacia dónde va el euríbor: ¿hasta dónde va a bajar? ¿Qué hipoteca es mejor?

El índice más utilizado en las hipotecas ha experimentado en octubre su mayor caída en 15 años, pero los expertos esperan que la tendencia a la baja continúe, facilitando, sobre el papel, el acceso a la vivienda.

 

Predecir la marcha del euríbor se ha convertido en un deporte de alto riesgo. El indicador hipotecario está destrozando las previsiones más optimistas, con una bajada ininterrumpida desde abril que ha ganado tracción en octubre, cuando se ha registrado la mayor caída interanual en casi 15 años. Sus consecuencias son múltiples, desde un acceso a la vivienda teóricamente más sencillo para los salarios menos boyantes, a un ahorro mayor para los ya hipotecados —unos 1.515 euros al año para una hipoteca media— que podría repercutir positivamente en la economía si acaba trasladándose al consumo, y a las propias finanzas personales de los endeudados si se dedica a generar rentabilidad en otros productos financieros.

 

¿Hasta dónde va a llegar la bajada del euríbor?

Igual que no se puede predecir con seguridad la evolución de las Bolsas, nadie puede saber a ciencia cierta cómo será la marcha del euríbor. Sin embargo, hay pistas que permiten anticipar hacia dónde va este indicador con mayor precisión que en otros mercados. El euríbor tiende a ir detrás de la política monetaria. Es decir, baja cuando el BCE baja tipos o se espera que lo haga, y sube cuando los sube. La previsión de los mercados, y lo que dejan entrever las declaraciones de los miembros del eurobanco, indican que Fráncfort continuará recortando el precio del dinero gradualmente, al menos hasta mediados de 2025, cuando se situaría en torno al 2% desde el 3,25% actual. Y eso se trasladará al euríbor. En su tasa diaria, este jueves se situó en el 2,547%, por debajo ya de lo que esperaba para finales de año CaixaBank Research (2,65%) y Bankinter (2,75%). El primero espera que durante 2025 continúe el descenso hasta el 2,1%-2,15%, y el segundo al 2,5%, aunque estas previsiones tienden a revisarse conforme quedan antiguas.

Dos riesgos amenazan con limitar la rebaja: la inflación de la zona euro repuntó en octubre tres décimas, hasta el 2%, y se espera que siga escalando en noviembre y diciembre, lo que podría endurecer el debate en el seno del BCE sobre las próximas bajadas de tipos; y el crecimiento de los Veinte en el tercer trimestre fue de cuatro décimas, algo mejor de lo esperado, lo cual indica que el deterioro económico está siendo menos pronunciado, y reduce las urgencias para reducir tipos.

 

 

[Fuente «Cinco Días»]