¿En qué punto está el mercado de la vivienda?
El mercado residencial español atraviesa un momento de intensa actividad. En un contexto en constante transformación, conviene detenerse a analizar las principales palancas que explican esta evolución, así como los retos estructurales que deben abordarse para garantizar la estabilidad futura del sector.
Los datos hablan por sí solos: entre 2023 y 2024, el número de operaciones en el residencial ha crecido un 60%, y el valor total de las transacciones se ha incrementado un 157%. Este dinamismo se explica por una demanda sólida tanto nacional como internacional, el renovado atractivo de España como destino de inversión en segunda residencia y una mayor estabilización de las condiciones financieras. En paralelo, el precio de la vivienda sigue al alza. Según datos recientes publicados por Tinsa y CaixaBank, podría subir hasta un 9% en 2025. Este crecimiento es más acusado en determinados mercados tensionados como Madrid, Barcelona, Málaga o zonas costeras, donde la presión de la demanda es especialmente elevada. En ciudades como Málaga, por ejemplo, el alquiler ha alcanzado ya uno de los niveles más altos del país.
También destaca el fuerte diferencial entre tipos de producto. La vivienda de obra nueva es un 44% más cara que la de segunda mano, que sigue concentrando en torno al 80% de las compraventas, de acuerdo con el informe de Vivienda de obra nueva de Tinsa. Según el mismo informe, esto se traduce en un mayor esfuerzo de compra para las familias, rozando ya el 50% del ingreso disponible, situándose por encima del umbral de accesibilidad recomendado. Este contexto de fuerte demanda convive con una oferta insuficiente, especialmente de obra nueva. El stock disponible es limitado y el suelo finalista escasea, generando tensiones en los precios y frenando el desarrollo de nueva oferta residencial, y esto impide una respuesta ágil del mercado.
[Fuente «El Economista»]