El mercado inmobiliario se alinea para que 2026 sea «el año de los precios históricos» de la vivienda

Nunca la vivienda de segunda mano había sido tan cara en España. El incremento de octubre de casi el 16% recientemente conocido, máximo histórico del metro cuadrado de los pisos usados (2.555 euros de media), es la última muestra de la olla a presión en la que se cuece el mercado inmobiliario español y es producto de una conjunción de factores que alimentan el caldo de cultivo para un alza de los precios sin freno.

 

El calentón del mercado de la vivienda ha venido resistiendo las comparativas con los tiempos de la fiebre del ladrillo que culminó a lo bestia en 2007. Las compraventas se disparan, pero aún no llegan al récord de entonces, los precios suben, pero siguen por debajo de aquellos niveles, no hay burbuja inmobiliaria -aunque los expertos ya no alejan el riesgo completamente-… es el guion mantenido hasta ahora, pero hay signos de cambio.

Dos datos relevantes de octubre han marcado un nuevo paso en el discurso que apostaba por que el país de propietarios habría tocado techo: el primero, la histórica subida de precios de la vivienda de segunda mano que refleja el análisis de Idealista, que ya sí supone un nuevo máximo nunca antes registrado; el segundo, que la subida de precios a nivel nacional alcanzó en el décimo mes del año el 18% interanual, el incremento más elevado de la serie de Fotocasa, que sitúa ya el metro cuadrado en 2.789 euros, a apenas un 5,5% del máximo registrado en la burbuja.

Este nuevo escenario es el que lleva a advertir desde el sector que 2026 se perfila como «el año de los precios históricos», en palabras de María Matos, Directora de Estudios y portavoz de la agencia inmobiliaria, porque la tendencia no deja entrever que la situación vaya a darse la vuelta.

El núcleo de generación de la tensión en el mercado es de sobra conocido: hay muy poca oferta para el nivel de demanda ante un stock de vivienda en venta que roza mínimos y está a solo un 9% del dato más bajo hasta la fecha, en 2014. Y los altos precios del mercado del alquiler (el esfuerzo económico que suponen también avanza sin freno) no ayudan a eliminar parte de la intención de tener vivienda en propiedad sino todo lo contrario, empujan a quienes pueden planteárselo a intentar comprar y a quienes no pueden ahora, a aplazarlo (demanda latente). Ese ha sido el gran cambio este año. Si se compara la Radiografía del mercado de la vivienda de Fotocasa del segundo semestre de 2024 con la recién publicada para el mismo periodo, las dudas que había hace un año sobre si alquilar o comprar se han disipado: la apuesta por la vivienda en propiedad se ha impuesto de forma rotunda, aunque eso no quiere decir que el mercado del alquiler esté retrocediendo.

 

 

[Fuente «El Economista»]